¡Profetas y profecías!

No voy a exponer los casos empresariales de siempre —Kodak, Blockbuster, BlackBerry—, que muestran cómo exitosas empresas de otrora, hoy son los ejemplos más recurrentes de lo que se debió o no se debió hacer. Hoy haré uso de una analogía bíblica, que enseña cómo los pueblos de antaño, por escuchar o no la voz de los profetas y sus profecías, decidían acerca de su futuro, “vivir o morir”.

El 26 de diciembre del año 2004 en el sudeste asiático, en no más de 15 minutos murieron más de 200.000 personas debido a un devastador “tsunami”. Todos los bañistas de la playa enfrentaron las mismas señales que indicaban que se aproximaba un inusual fenómeno natural, pero por algún motivo no todos respondieron de la misma manera. La mayoría de ellos vieron cómo la playa se ampliaba, el mar se retiraba, aparecía una lejana línea blanca en el horizonte que venía creciendo, escucharon gritos de advertencia, lo cual indicaba que se aproximaba una gigantesca ola a gran velocidad. Algunos leyeron estos sucesos como algo extraño e inusual, pero no prestaron atención a estas señales, curiosearon y lamentablemente murieron. Otros atendieron las “señales” como quien escucha la voz de un profeta y actúa precavidamente, por lo que huyeron hacia los lugares elevados y sobre vivieron.

Todos los seres humanos venimos dotados con unas capacidades extraordinarias como son, inteligencia, habilidades funcionales, sensoriales y almáticas que nos dan la capacidad de observar, sentir e interpretar; pero tal vez la capacidad suprema con la que venimos equipados es la de “actuar libremente” frente a los retos que nos presenta la vida.

¿Qué hace que los seres humanos respondamos de diferente manera frente a los mismos estímulos, como los que nos indican que se aproxima un “tsunami” hacia nuestras vidas o empresas? ¿será la cultura?, ¿el conocimiento?, ¿las experiencias aprendidas?, ¿la capacidad o incapacidad de interpretar el futuro?, ¿el contexto?

El “hipermodernismo” rebosante de conocimiento, ciencia y tecnología ha tallado un “superhombre”, que cree tener “superpoderes” suficientes para tener todo bajo control, pero no es así, los múltiples fenómenos incontrolables nos demuestran todo lo contrario: cambios económicos y políticos impredecibles, nacientes tendencias y contratendencias, innovadoras startups, transformación digital, entre otros. Este entorno cambiante crea oportunidades y amenazas para todos.

En The Brand, hace 5 años decidimos prestarle atención a las “señales —las profecías— y a sus profetas”, por lo que decidimos aprender, enseñar y ser más flexibles. Esto nos llevó a un ágil proceso de transformación que hizo que nos redescubriéramos y pudiéramos afrontar los desafíos con “salud y vigor empresarial”.

Esta corta reflexión pretende entregar un soplo de inspiración que resumo así: hoy, ser grande o pequeño no es relevante: en los últimos 3 años varias exitosas multinacionales de la publicidad han desaparecido, mientras pequeñas startups han crecido exponencialmente. Hoy, y como siempre, se trata de “observar, aprender, interpretar y actuar oportuna y acertadamente”.

Por todo esto, en 2109 The Brand dejó de ser una agencia de publicidad, para convertirse en una “exitosa firma de consultoría” que integra nuevos eslabones en su cadena de valor: la innovación, el marketing, la comercialización y la fidelización entre otros. Esto nos ha llevado a tener un nuevo ADN y propósito.

Hoy no solo se trata de comunicar acertada y creativamente, se trata de ayudar a los clientes a encontrar soluciones estratégicas, innovadoras y holísticas frente a los “tsunamis” que enfrentan o enfrentarán en su vida empresarial, y en nosotros encuentran un aliado que escucha atentamente “a los profetas y las profecías”.

Hernando Bustamante.
Director de Innovación

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