Hace aproximadamente 28 años, la computadora “Deep Blue” de IBM logró derrotar al campeón mundial de ajedrez, Garry Kasparov. Este hito desmanteló el antiguo mito de que la inteligencia humana nunca sería superada por la inteligencia de las máquinas. Así, ingresamos a una nueva era en la que el hombre continuó siendo protagonista de la historia, pero la informática se convirtió en su coprotagonista. 

En la quinta revolución industrial, la publicidad se ha convertido en un campo de batalla agitado, donde capturar unos segundos de la “atención y el tiempo” de los consumidores se vuelve un tesoro preciado. Ante este desafío, las agencias de publicidad buscamos constantemente formas innovadoras para estar vigentes y ser relevantes en un universo digital abrumador y saturado. En este contexto, la incorporación de la inteligencia artificial se presenta como un “must”, una necesidad imperante para la supervivencia; una poderosa llave maestra capaz de complementar y transformar la creatividad, los contenidos y la eficiencia de los procesos empresariales. Su capacidad para generar textos, ideas, imágenes y videos de manera autónoma, pero guiada, nos brinda un amplio abanico de opciones creativas que desafían los límites humanos. 

Avanzar implica superar etapas, que van desde el “negacionismo”, pasando por la “aceptación”, la “adopción”, para finalmente lograr la “transformación”. Y todos conocemos que tan difícil es volver el verbo “transformar” en un sustantivo, porque todos podemos ser o creer que somos “superhéroes sin posibilidad de extinción”. 

Sin embargo, estoy seguro de que será grato ver los frutos del proceso, y ver como interiorizamos en nosotros y en la cultura empresarial, la siguiente declaración: “la inteligencia artificial no busca reemplazarnos, sino complementarnos y potenciarnos, llevándonos a ser vigentes y sostenibles”. Por supuesto, otra declaración que debe ser interiorizada es: “las empresas invierten en incorporar esta habilidad en sus equipos porque buscan un retorno de inversión, que significa eficiencia y eficacia para lograr competitividad y sostenibilidad”. 

La principal oportunidad que representa la incorporación de la inteligencia artificial (IA) es la aceleración y complementación del proceso de ideación creativo. La capacidad de generar muchas ideas y contenido de manera rápida y eficiente permite a las agencias mantenerse al día con la vertiginosa innovación de los contenidos, formatos y plataformas digitales. Esto se traduce en la entrega de estrategias de comunicación más innovadoras, frescas y relevantes. 

Sin embargo, en este océano de oportunidades, no podemos pasar por alto las amenazas y riesgos que acompañan esta revolución. La principal preocupación radica en la posibilidad de que la creatividad humana sea desplazada por la eficiencia de algoritmos matemáticos; siempre el juicio de valor humano será necesario para generar el camino, definir, jerarquizar, eliminar y reordenar. Es imperativo que las agencias encuentren el equilibrio adecuado, utilizando la IA como una herramienta de complementación y potenciación, no de sustitución. 

Otro riesgo notable es llegar a la tecno dependencia. La automatización extrema puede llevar a que la receta final sea insípida y conlleve a la pérdida de la conexión emocional con el público. Las estrategias de comunicación y campañas publicitarias deben ser auténticas, generar empatía, tocar fibras sensibles, impactando y conectando emocionalmente con la audiencia. La inteligencia artificial 

puede proporcionar el camino y la chispa creativa, pero la esencia e ingenio humano debe seguir siendo el alma de cualquier mensaje publicitario exitoso. 

En la feroz competencia de la industria publicitaria, la inoportuna adopción de la inteligencia artificial puede llevar a una dura lucha por mantenerse a flote en un mercado saturado e innovador y por ende a la rápida obsolescencia. La adopción temprana no solo asegura la sostenibilidad, sino que también coloca a los pioneros como líderes que inspiran, que arriesgan, que innovan y que se convierten en referentes de agentes de cambio en la creatividad publicitaria. 

The Brand una vez más en sus casi tres décadas, ha decidido levantar las velas, arriesgarse por nuevos mares y poner su vista en nuevos horizontes por conquistar, gracias equipo por ser parte de esta nueva aventura.